26.11.12

Sólo tú.

No sé si sabes lo que has llegado a significar para mí en este año. Tu llegada ha sido una bocanada de aire fresco, que personalmente necesitaba en mi vida. Sólo tú eres la que me alegras con una simple mirada. Y para qué hablar cuando me sonríes. ¿Te acuerdas de lo que te prometí hace varios meses? No podía imaginar que iba a multiplicar por infinito lo que yo suponía que me ibas a dar. No sé como algo tan pequeño puede invadirte tanto. Supongo que eso de no haber tenido nada igual, es lo que lo hace tan especial. Porque tú, aunque todavía no lo sepas, eres única. Dejas una esencia que disuelve cualquier problema. Contigo tengo cosas que no he tenido jamás, con nadie, en mi vida. Se puede decir que es la relación más bonita que he tenido jamás, y la más especial. Y es que tú, en tu mismidad, en tu simplitud y sencillez lo eres, eres lo más especial que me podían haber dado hasta hoy. Me siento dichosa por el simple hecho de poder despertarte, y que me llenes de esa felicidad que me inunda el pecho con solo verte. Eres tan auténtica, que incluso me cuesta asimilarlo. Eres la única capaz de mezclar mis sentimientos, que llore de alegría, y cuando llore seas capaz de sacarme una sonrisa. No sé cómo definir esas tardes de juegos, que son tan perfectas y sólo me sale pedirle al tiempo más minutos para podértelos dedicar. Y realmente no sé quién da más si yo a ti o tú a mí, aunque creo que es obvio que lo que me has dado en este año, no lo puedo comparar con lo que me han dado en mis 16. Sinceramente no sabía que se podía tener este cariño tan sumamente incondicional hacia alguien, quererlo tan sumamente fuerte. Espero que cuando seas mayor, te acuerdes de esos momentos en los que cuando tenías un añito, me llenabas el día, me llenabas por dentro con solo una sonrisa. Y es que lo sé, lo reconozco no me canso de gritarle a los infinitos vientos lo que te quiero, lo que me das, lo preciosa y especial que eres. Haces de mi día poesía. Y de mi rutina algo distinto. Ojalá que siempre te tenga aquí, y no me faltes nunca, porque te has convertido en ese pilar de mi vida, imprescindible. Me acuerdo cuando me enteré por primera vez de ti, y fue una alegría tan inmensa que me entró un pequeño escalofrío por el cuerpo. Y ahora, el verte todos los días, hace que tenga algo bonito que contar a todos. Eres esa cosita pequeña, y preciosa que quiere todo el mundo. Pero yo, te lo prometo, que te quiero más que a nada. Espero que te acuerdes siempre de mí, porque tú ya te tienes una parte de mí, desde ese mes de marzo de 2011. Incluso has hecho que me guste el rosa, sólo porque fue la primera señal de que existías. Que no se te olvide jamás, que soy yo, eres tú, somos nosotras. 
Desde entonces, somos una, para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario