El club de los poetas muertos.

Sabe su alguna vez tus labios rojos
quema invisible atmósfera abrasada,
que el alma que hablar puede con los ojos
también puede besar con la mirada.
-Gustavo Adolfo Bécquer-

Tú eras el huracán y yo la alta 
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!...
¡No pudo ser!
Tú eras el océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda tu vaivén:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!
¡No pudo ser!
Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
uno a arrollar,el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser!
- Gustavo Adolfo Bécquer-
  

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada
 y tiritan, azules, los astros a lo lejos."


El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, aveces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.



Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche es inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma, como al pasto el rocío..

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismo árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro, será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor y tan largo el olvido. 

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.
 -Pablo Neruda- 


Mientras las ondas de luz al beso
palpiten encendidas;
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista;
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías;
mientras haya en el mundo primavera
¡Habrá poesía!

Mientras sintamos que se alegra el alma
sin que los labios rían;
mientras se llore sin que el llanto acuda
a nublar  la pupila;
mientras que el corazón y la cabeza
batallando prosigan;
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡Habrá poesía! 

Mientras hayan unos ojos que reflejen,
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando,
al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso,
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa,
¡Habrá poesía!
-Gustavo Adolfo Bécquer-