4.12.11

Szerelmes.

Vacío. Busco en el fondo de mí ser y todo lo que encuentro es ese enorme hueco negro. Un vacío tan grade, tan oscuro, tan solitario, tan… vacío. Es desolador, triste y penoso, sí penoso. Penosa la dependencia tan sumamente enorme que tengo de ti. Pero ¿sabes qué? Me importa una mierda. A veces pienso que te necesito más que al aire que respiro, y sí es verdad. Estoy empezando a percibir el aleteo insólito de mi agitada respiración. Es ese preciso momento en el que me da la sensación de que mis pulmones me están jugando una mala pasada. Sinceramente, ese vacío es jodido, hace que mi respiración sea entrecortada, y mi corazón no siga ese ritmo de Jazz que tanto le gusta. Me rindo, definitivamente… me rindo. Es inútil luchar contra algo tan fuerte, lo has conseguido chaval, te has convertido en mi ser. Sólo me toca esperar… ¿hacemos una porra? Yo digo que no aguanto sin ti unos 5 nanosegundos, la mitad de lo que has tardado en leer esa frase, y sí, acabo de perder. Qué lástima, una vez más me pongo unas normas para saltármelas. Pero sinceramente me es lo mismo con tal de estar contigo. No tardes en volver, aunque sea del otro extremo de la cama, y ya nos separan 50cm. Enhorabuena, has ganado. Has conseguido que me dé cuenta que es imposible estar uno sin el otro, puede sonar empalagoso, pero ganaste, es algo así como… “te echo de menos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario